¡Hola, hola viajeros!

Quien bien me conoce sabe que hay dos cosas que me encantan en esta vida: la primera, los retos viajeros (en un periodo corto de tiempo ver lo máximo posible) y lo segundo, Portugal (un lugar donde escapar, inspirarse, perderse y volver).

A finales de Enero de este año, cogí la cámara nueva y me dispuse a perderme de nuevo en una región de Portugal que no había tenido la posibilidad de visitar hasta ahora: Lisboa.

Para el hospedaje elegí un lugar MUY YO, muy bohemio y maravilloso, se llamaba Goodmorning Hostel Praça dos Restauradores y se encontraba en el mismísimo centro de Lisboa. El hostal es un lugar increíble, un hostal como nunca había visto: sala de música, sala de ordenadores, sala de películas y libros, sala de juegos, happy hour de sangría, actividades todos los días y un desayuno con WAFFLES (madre mía, como me pueden)

Me desperté tempranito para aprovechar al máximo el día (al fin y al cabo, lo que no viera, se quedaba en el tintero) y empecé a caminar para ver el siguiente itinerario:

· Monumentos a los Restauradores

· Placa Rossio

· Plaza de Pedro IV

· Convento do Carmo

· Elevador de Santa Justa (al final no lo vi, si sigues caminando hacia arriba y a la primera que te permite ir a la derecha giras dos veces, encuentras un mirador gratuito con unas vistas increíbles) Si queréis ir al elevador, no hagáis como yo e id con tiempo de sobra porque hay un máximo permitido con ascenso de personas y tardas un poco en subir.

· Plaza del Comercio (hay una zona increíble de mar y cafeterías si seguís caminando todo recto desde la Plaza del Comercio)

· Monasterio de San Jerónimo (primero que nada, con la Lisboa Card no tienes que pagar la entrada. Dentro del monasterio fue donde más tiempo pasé, fotográficamente es uno de los lugares más bonitos en los que he estado)

· Camino entre el Convento de San Jerónimo y el Castillo de Belem (hacía un sol radiante aquella mañana y lo que menos esperaba era encontrarme este faro tan bonito y la escultura que veis a la derecha, la verdad, totalmente inesperado)

· Castillo de Belem (otra visita obligadísima, gratuito con la Lisboa Card)

En el tintero se me quedó el Castillo de San Jorge por falta de tiempo aunque no descarto en volver prontillo para verlo porque es super necesario.

 

¡Hasta pronto!